Archive | febrero, 2014
Por el camino del dolor (V)
Published febrero 8, 2014(Camino de Estella a Belorado, del martes, 2 de abril al viernes, 5 de abril de 2013) 2 de abril de 2013: (Continuación) La avalancha de publicidad que he encontrado al llegar me ha preocupado un poco. ¿Y si elegía un albergue malo? Casi estaba decidido, mientras me acercaba al pueblo, a meterme en el albergue del que me habían dado publicidad en Villamayor y Monjardín, pero ya no lo veía tan claro. Era evidente que ese pueblo de aspecto tranquilo tenía que ser un lugar de feroz competencia. Así que, como no quería decidir, y menos con el […]
read morePor el camino del dolor (IV)
Published febrero 8, 2014(Camino de Estella a Belorado, del martes, 2 de abril al viernes, 5 de abril de 2013) 2 de abril de 2013: (Continuación) Poco después he llegado a Los Arcos. Ahí he hecho otra parada. El sol iluminaba la plaza, que tenía forma puntiaguda, casi como una calle que se va cerrando. Se accede por una calle que te mete de lleno en ella, y lo primero que se ve es a un lado casas porticadas y al otro la iglesia. En la esquina que queda en medio, una puerta adornada con un arco de cierta elegancia conduce a […]
read morePor el camino del dolor (III)
Published febrero 8, 2014(Camino de Estella a Belorado, del martes, 2 de abril al viernes, 5 de abril de 2013) 2 de abril de 2013: (Continuación) Por fin he entrado en Villamayor y Monjardín, el pueblo que anunciaba de lejos la hermosa torre de la iglesia. Según me acercaba me he admirado de la esbeltez de la torre. No parecía corresponderse con la iglesia, que era más bien pequeña. He comprobado con curiosidad que no había varias iglesias ni un conjunto monumental, por ejemplo un convento con su claustro. Según me acercaba al pueblo, la monumentalidad de la torre me había despistado. […]
read morePor el camino del dolor (II)
Published febrero 8, 2014(Camino de Estella a Belorado, del martes, 2 de abril al viernes, 5 de abril de 2013) 2 de abril de 2013: (Continuación) De repente, el despertador (en realidad la alarma del móvil) ha sonado debajo de mi almohada y me he despertado. No recuerdo cuándo me he dormido. Solo sé que es la primera mañana de mi nuevo camino y que hay que ponerse en marcha cuanto antes. Enseguida he apagado el móvil. Lo primero que he hecho, lógicamente, ha sido ir corriendo a mi mochila y comprobar que conservaba todo mi dinero, como así era. Aliviado, he cogido […]
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